Tras seis meses pregonando el "No es No" como lugarteniente de Pedro Sánchez, el grouchomarxista Antonio Hernando no dudó en pegar el chaquetazo. Como en el chiste de Miguel Gila, sólo le faltó aquello de "¡Le dimos una paliza entre todos!...".
Alberga Hernando una cierta vis de clown. No hablamos del payaso amable, entrañable, aquel que parte de nuestra animalidad para denunciar acaso una absurda humanidad. Hernando es más Payaso diabólico; tiene algo de mal sueño. Sin saber muy bien por qué, sientes cierto desasosiego al verle; la necesidad de abrir las ventanas o huir a la nevera a por un refresco... Serán precisos mejores actores para seguir estafando a los simpatizantes. La mirada de José Martí Gómez, en La Lamentable.
Alberga Hernando una cierta vis de clown. No hablamos del payaso amable, entrañable, aquel que parte de nuestra animalidad para denunciar acaso una absurda humanidad. Hernando es más Payaso diabólico; tiene algo de mal sueño. Sin saber muy bien por qué, sientes cierto desasosiego al verle; la necesidad de abrir las ventanas o huir a la nevera a por un refresco... Serán precisos mejores actores para seguir estafando a los simpatizantes. La mirada de José Martí Gómez, en La Lamentable.
Traidores
José Martí Gómez
En
1994 recorrí Vizcaya junto a Eugenio Madueño. Gentes de la UGT nos contaron que
en un mitin de Felipe González uno de los líderes sindicales le gritó
“¡Traidor!” y luego rompió a llorar, inmerso en la contradicción de ser fiel al
sindicato siendo consciente de que el PSOE y la UGT ya no eran conciliables.
La
palabra traidor no me produjo sorpresa. Mi padre, socialista de toda la vida, había
muerto en 1993 pero mucho antes de morir cuando ponía el Telediario y salía
Felipe González lo cerraba tras llamarle traidor.
Yo
había entrevistado en 1988 al ministro Carlos Solchaga. Me
dijo:
–España
será el paraíso de los jubilados.
Cuando
lo leyó, mi padre me preguntó:
–¿Y
cuando te dijo eso no lo enviaste a la mierda?
–No
–le respondí.
–¿Qué
clase de periodista eres tú?– masculló.
Leo
que a los 15 diputados socialistas disidentes con la abstención se les va a
abrir un expediente. Yo abriría expediente a los que votaron por la abstención.
Creo
que muchos de ellos lo debieron pasar muy mal, debatiéndose como el
sindicalista vasco entre la fidelidad al partido y la traición a sus
principios.
El
compañero Hernando no. El compañero Hernando lo traga todo. No se comprende de
otro modo que tras repetir hasta la saciedad “no es no” ahora haga encaje de
bolillos defendiendo lo indefensable.